Esta es una de las hipótesis sobre el deceso de la cantante. ¿De qué se trata este fenómeno?
Contrario a lo que muchos creyeron en un comienzo, la artista británica Amy Winehouse no habría muerto por una sobredosis de drogas o alcohol, sustancias a las que era adicta consumada, sino a la repentina falta de ellas.
Aunque los resultados de toxicología forense aún no se conocen, los miembros del círculo cercano de la fallecida estrella, incluidos sus padres, aseguran que llevaba un tiempo alejada del alcohol y las pastillas. De hecho, las autoridades que hicieron el levantamiento del cadáver no encontraron rastros de drogas u otras sustancias en su casa; la autopsia inicial tampoco halló nada en su cuerpo. Al parecer, Amy murió sola y 'sobria' en su cama.
¿Por qué se da?
Estos hallazgos han alimentado la especulación de que habría sido una víctima fatal de un síndrome de abstinencia. De ser cierto, la tragedia de su desaparición resultaría peor, porque estas muertes son, por lo general, evitables.
En el cerebro existe una zona llamada 'sistema de recompensa o gratificación', gracias a la cual obtenemos placer cuando llevamos a cabo actividades encaminadas a garantizar la supervivencia, como comer, beber y sostener relaciones sexuales. Eso hace que el organismo se mueva siempre para obtener esa respuesta placentera.
El alcohol y las drogas actúan sobre esa área, produciendo placer sin ningún esfuerzo, con el agravante de que, cuanto más se consume, su búsqueda -que se traduce en deseo patológico- se convierte en una constante, que ocupa toda la vida del individuo. Cuando se llega a este punto, las neuronas de esa zona ya han cambiado su comportamiento; para ellas lo normal es vivir con la droga. Eso es la adicción.
Si la droga o la sustancia deja, por distintas razones, de suministrárseles a esas neuronas, aparecen unos síntomas síquicos y físicos que le producen a la persona un malestar intenso, que le exige repetir su consumo, a buscar ansiosamente la sustancia para atenuarlo. Eso es el síndrome de abstinencia. La severidad depende del tipo y la pureza de la droga, de la vía de administración y de la cantidad consumida, entre otros factores.
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